Hidrógeno verde: una solución para la descarbonización
Los esfuerzos por contrarrestar los cambios climáticos han aumentado exponencialmente de manera global. Uno de los grandes contribuyentes al problema es la generación de energía eléctrica con combustibles fósiles, los cuales emiten una gran cantidad de emisiones de carbono. Ante este escenario muchos países han iniciado integración de nuevas tecnologías con el fin de descarbonizar al planeta.
El desafío es real, la temperatura ya se encuentra 1 grado centígrado por encima de los niveles preindustriales y, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), con solo elevarse otro 0.5 C los efectos podrían ser devastadores.
Una de las soluciones que están desarrollando algunas naciones es la del hidrógeno verde, también conocido como hidrógeno renovable o e-Hydrogen.
Existen 3 tipos de hidrógenos, el hidrógeno gris el cual se usa hoy en día principalmente en la industria, y se produce a través de materias no renovables, el hidrogeno azul que se produce incorporando tecnologías de captura de CO2 y verde o renovable, el cual es la opción renovable y libre de emisiones, producido por electrólisis, a partir del agua y la electricidad procedente de fuentes renovables.
Según lo publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la generación a través del hidrógeno verde ahorraría 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se originan cuando este gas se produce en lugar de los combustibles fósiles. Asimismo, reemplazar todo el hidrógeno gris mundial significaría 3.000 TWh renovables adicionales al año —similar a la demanda eléctrica actual en Europa
Siendo que la unión europea ha anunciado su compromiso de cero emisiones para el 2050 se ha considerado que el hidrógeno verde será esencial en el marco del Pacto Verde Europeo, siendo así que grandes empresas han comenzado la investigación de proyectos de electrolisis a través de energías renovables.
La Hoja de Ruta del Hidrógeno renovable que aprobó en octubre el Gobierno de España anticipa una visión de cuál será el papel de este gas (H2) en las siguientes tres décadas. La primera de ellas (2020-2030) será de desarrollo de la tecnología; durante la segunda, el Ejecutivo espera que el Hidrógeno se haya convertido ya en una fuente de energía “plenamente competitiva”; y, a partir de ahí, el Gobierno quiere convertir España en “un país exportador de hidrógeno renovable”